El fotógrafo brasileño Daniel Antoniol evoca imágenes fascinantes que desafían la realidad, fusionando a la perfección lo mundano con lo surrealista. En su cautivadora serie fotográfica, la luna se convierte en un objeto de interacción caprichosa: Daniel parece participar en un improvisado juego de fútbol con el orbe celestial y, sorprendentemente, lo guarda en el maletero de su coche.
Dentro del ámbito de la visión artística de Daniel, la manipulación de la perspectiva se convierte en su ingeniosa pincelada. A través de su hábil dominio, la luna se transforma en un diminuto espectáculo similar a una simple bombilla, aparentemente lo suficientemente ingrávida como para acunarla en la mano.
Sin embargo, sus encantos visuales no terminan ahí. Lo vemos empujando la luna en una carretilla, colocándola hábilmente en una lámpara e incluso levantándola dentro de una caja resistente. Con cada clic de su cámara, Daniel Antoniol nos invita a entrar en un reino donde lo extraordinario es un lugar común y las leyes de la física se doblegan a su voluntad artística.
Su historia de amor con la luna comenzó durante el encierro en 2020, mientras estaba atrapado en la granja de campo de sus padres en la región de Minas Gerais de Brasil.
La mujer de 36 años dijo: “La luna fue una gran compañera durante la pandemia de Covid y fue con ella que logré, incluso en el encierro, salir a recorrer el mundo y el universo con mi imaginación”.
Si bien ahora trabaja como ingeniero civil durante el día, a Daniel siempre le ha apasionado la fotografía.
Durante estos días aislados de pandemia, miró hacia el cielo en busca de inspiración. ‘Se me ocurrió la idea de combinarlo con otra pasión; la luna y el universo’, dijo.
Daniel puede tardar varios días en configurar una toma antes de tener un marco con el que esté satisfecho.
Él dijo: ‘Tomo fotos de la luna en todas sus fases, es una verdadera pasión’.
Las fotos en sí tardan algunas horas en completarse, ya que capturar la luna con un enfoque nítido no es tarea fácil.
Después de eso, Daniel usa una técnica de collage para insertar la luna en la fotografía original. “Un trabajo completo, desde la fotografía hasta el tratamiento, normalmente no lleva más de uno o dos días”, dijo.
Para obtener estas increíbles imágenes, Daniel usa una Canon T6 con una lente de 75-300 mm para la luna y una lente de 18-55 mm para el paisaje.
A lo largo de los años, las fotos de Daniel se han vuelto bastante exitosas, pero él ‘no sueña con ser una celebridad’.
‘[Las fotos] transmiten paz. Este es mi mayor objetivo con esta obra de arte.
‘Desafortunadamente ir a la luna es un sueño imposible. Pero a través del arte, puedo llevar a la gente conmigo.
“Mi objetivo en las redes sociales siempre ha sido traer buena energía a la gente… Mi sueño es inmortalizar mi arte y la Luna lo ha hecho posible”.